EUROPA
PRESS
7 junio
2019
Hiperhidrosis:
síntomas, tipos y tratamientos
Cuando hay un exceso de sudoración de
forma mantenida en el tiempo y se produce pérdida de peso de forma repentina es
recomendable acudir al dermatólogo, ya que esto puede suponer la aparición de
una enfermedad interna como la hiperhidrosis, ha explicado la doctora Mayte Truchuelo, dermatóloga del Instituto Dermatológico de Vithas Internacional (Madrid).
Esta enfermedad, conocida como hiperhidrosis puede ser
primaria, cuando no existe una causa subyacente, o secundaria, que se asocia a
otras patologías. Así, la experta ha destacado la "importancia" de
realizar una buena exploración física y analíticas, ya que pueden existir
trastornos endocrinos, diabetes, incluso tumores hematológicos o endocrinos. Se
estima que actualmente esta patología afecta a un 3 por ciento de la población.
Sudar es una reacción natural del organismo que ayuda a
regular la temperatura corporal, sin embargo, puede ocurrir que el sudor se
vuelva excesivo, lo que repercute de manera significativa en la calidad de vida
del afectado. En este sentido, la experta ha explicado que la sudoración
excesiva también puede darse como consecuencia de la menopausia, ya que el
sudor no solo está presente en axilas y manos, si no que es más difusa.
Entre los tratamientos que existen para aliviar los síntomas
de la hiperhidrosis primaria la doctora ha destacado las infiltraciones de
toxina botulínica, que puede inyectarse en las axilas y en las palmas de las
manos, que suponen "las zonas más frecuentemente afectadas", y cuyos
efectos duran aproximadamente un año. Cuando se trata de hiperhidrosis
secundaria hay que actuar sobre la enfermedad que origina esta situación.
Respecto a la sudoración de la menopausia "las
infiltraciones pueden realizarse diluyendo más la toxina botulínica y
aplicándola en el rostro, de modo que conseguimos un doble efecto: mejorar los
síntomas y rejuvenecer la piel", ha explicado.
Estos tratamientos pueden combinarse con otros de nivel
tópico y oral. El objetivo que se persigue con esta terapia es bloquear el
exceso de acetilcolina, la molécula que causa la sudoración. En el caso de los
antitranspirantes tópicos, la doctora Truchuelo ha
recomendado aplicarlos por la noche, "que es cuando las glándulas sudoríparas
no están activas, de modo que el producto penetra más y actúa de forma más
efectiva".